Hoy hablamos con Adrián Ruiz, corredor habitual del Circuito de Carreras y médico de profesión en Valdepeñas. Adrián está recuperándose con éxito del Covid-19 y nos cuenta su experiencia con este virus en primera persona.
- Antes que nada; Adrián, mucha fuerza y gracias por atendernos. ¿Cómo te encuentras?
Francamente bien. En mi caso, como imagino el de muchos otros, la enfermedad ha sido leve, con mucha tos y algo de disnea, pero siempre tolerable y en mi casa. No he necesitado ayuda extraordinaria y me he nutrido del apoyo de mi familia y la gente que me rodea.
- ¿Cómo ha sido todo el proceso que has vivido?
Ha sido un poco extraño, pasando por múltiples fases. Empecé con tos un poco antes de que apareciesen los primeros casos en mi centro de trabajo. Mis compañeros me recomendaban hacerme la prueba y yo no quería, ya que salvo por la tos, me encontraba bien. Salí un día a correr (todavía no se había decretado el estado de alarma) y ese día ya no pude terminar el entreno. Esa noche tuve fiebre e intuía que lo que tenía era infección por Coronavirus, pero me negaba a creerlo.
Me hice las pruebas y seguí trabajando. Negaba continuamente que lo pudiese tener. Mis compañeros me veían tan bien que también pensaban que era un pico febril aislado. Al final, y estando de guardia, me llaman y me dicen que soy positivo. Antes de irme a mi casa, me hice analítica y radiografía, y todo era compatible con infección por Coronavirus con neumonía incipiente. Ese fue el peor día. Ya había visto casos dramáticos de gente que acababa mal y por mi cabeza pasaron todas las ideas del mundo. Cuando llegué a mi casa, preparé una habitación y un baño y me aislé en mi domicilio.
Con el pasar de los días, me empecé a encontrar mejor físicamente, pero mi cabeza me jugaba muy malas pasadas. Salvo el primer día, no tuve más fiebre, pero la tos era continua y pensaba que la cosa no marchaba bien. Además, en un cuarto encerrado no era capaz de determinar si estaba mejorando o no. En esa situación, me ayudó mucho el poder hacer vídeo llamadas a mis compañeros y confirmar que me veían bien. Mi mujer me veía desde la puerta y me animaba mucho, insistiendo que tenía muy buena cara.
Tras esos días de dudas, ya la cosa ha ido como la seda. A día de hoy ya tengo claro que esto esta pasado. Y solo me queda que me den el alta y pueda volver a trabajar.
- ¿Qué ha sido lo más duro?
El aislamiento y la incertidumbre. Por un lado, estás solo en una habitación, y aunque puedes hablar con gente a través del móvil, no es lo mismo. Me comunicaba con mis hijos por el balcón. Abría la puerta para hablar con mi mujer a 2 metros y con mascarilla. Se pasan las horas muy lentamente.
Además, tengo un defecto, y es que soy una persona bastante inquieta (por eso corro) y no me entretiene nada de la televisión, videojuegos, lectura y música. En esa situación, llegue a pensar que me estaba poniendo peor. Valore la posibilidad de ir al hospital para que me viesen. Al final, me armé de valor y paciencia, me convencí de que estaba bien y lo superé.
- Supongo que, en estos momentos, cuando ves cerca la meta, estarás a tope de ánimo.
Pues sí. Ahora lo veo todo como una anécdota. Incluso me avergüenza un poco el hecho de pensar que me iba a poner muy malito. Salvo por lo comentado del aislamiento, en mi caso ha sido como una viriasis más.
- Como sanitario, ¿cómo estás viviendo esta situación desde que se comenzó a hablar de la enfermedad?
Bastante mal. Ves que todo se está colapsando, que nadie sabe bien lo que hacer. Y tú estás en casa aislado, físicamente bien y sin poder ayudar. Se hace muy duro.
- ¿Qué mensaje lanzarías a la sociedad?
A los sanos, que sean tolerantes. Que obedezcan las indicaciones que se dan a la población. Todo está encaminado al bien común. Y a los enfermos, que tengan paciencia. Que se pasa y si se hace con optimismo, se pasa más rápido.
- ¿Y a tus compañeros de profesión?
Solo puedo darles ánimo y decirles que cuando vuelva, lo haré con fuerzas y ganas de ayudar en todo.
- ¿Qué será lo primero que hagas cuando termine tu cuarentena?
Cuando termine mi cuarentena, estaremos todavía en estado de alarma, así que lo primero será darle un beso a mi mujer e hijos. Y lo segundo irme a trabajar.
- Y una vez que volvamos a poder salir… ¿hay ya ganas de correr?
¡Sí! En mi caso saldré con un poco de miedo, pues no sé cómo responderá mi cuerpo. Pero como vea que el motor funcione…. van a faltar caminos.
Muchas gracias Adrián y mucha fuerza. ¡En el Circuito estamos contigo!