Situaciones incómodas al correr

Cómo actuar ante ellas

Durante una sesión de entrenamiento o competición podemos sufrir una serie de infortunios. Es preferible saber cómo proceder ante cada contratiempo. Este manual de protocolo puede sacarte de más de un apuro y darte la respuesta a cómo actuar en ciertas situaciones en carrera. Esperamos que lo tengas muy presente cuando salgas a entrenarte o competir:

Cómo actuar ante un calambre

Deja de correr y presiona con fuerza el músculo durante 15 segundos. Es muy importante que no lo masajees. Repite este proceso hasta que el dolor amaine. Comienza de nuevo, caminando en primer lugar y después corriendo.

Una torcedura de tobillo

Si únicamente ha sido una pequeña torcedura, sólo te dolerán los primeros pasos inmediatamente después del accidente. El dolor debería remitir a medida que siguieras corriendo. Deténte si el dolor no desaparece o se acentúa, eso significa que puedes tener una torcedura de tobillo grave.

Rigidez tras un parón

No pares más de dos minutos. Camina mientras tomas agua y sueltas los músculos. Reanuda el ejercicio suavemente y no pretendas alcanzar la velocidad que llevabas anteriormente. Llega a ella de forma natural.

Una ampolla

Si detectas una ampolla en una sesión corta o una carrera sigue corriendo. Una vez en casa, lo mejor es atacarla para que no se haga más grande y dolorosa. Lo ideal sería cubrirla con un parche destinado al efecto. Si no tienes más remedio que seguir corriendo con la ampolla a cuestas átate fuerte los cordones, ya que la principal causa por la que tenemos ampollas es el bamboleo de nuestros pies dentro de la zapatilla.

Un tropiezo inesperado

Levántate y mira a ver qué te ha ocurrido. Si tienes un rasponazo se puede curar más tarde. Sin embargo, si sangras abundantemente necesitas parar y curar la herida. Volver a correr tras una caída puede costarte más porque tu frecuencia cardíaca puede haberse elevado.

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