Estilo de vida saludable

Practicar formas de vivir consideradas buenas para la salud lleva a una mayor longevidad.

Las personas que no fuman, hacen ejercicio, beben alcohol con moderación y comen las cantidades adecuadas de frutas y verduras viven, como media, 14 años más que las que no practican ninguno de estos hábitos recomendados. Asimismo, los expertos aseguran que con pequeños cambios en el estilo de vida se puede conseguir un gran impacto en la salud de la población adulta.

Un estudio realizado sobre 20.000 personas ha confirmado que el impacto combinado de cuatro estilos de vida recomendados como buenos para la salud -no fumar, hacer ejercicio físico, beber alcohol con moderación y comer fruta y verdura en las cantidades indicadas- también es bueno para salud, ya que alarga la vida.

Respecto a la enunciación de las prácticas saludables de los participantes, la primera fue fácil de definir, si fumaban o no fumaban. Para la segunda, se considera que la inactividad física consiste en tener un trabajo sedentario y no realizar ningún tipo de ejercicio recreativo. El consumo de alcohol moderado se definió como la ingesta de entre una y catorce unidades (copas de vino o equivalente) de alcohol a la semana, y el consumo de fruta y verdura se midió por el nivel de vitamina C que mostraban los participantes.

La conclusión principal fue que, tras 11 años de iniciado el trabajo, una persona que no cumple ninguna de las condiciones saludables tiene el mismo riesgo de fallecer que otra 14 años mayor que las cumple todas. Esta conclusión resultó independiente de la clase social o estatus económico y del índice de masa corporal de los participantes.

Sus conclusiones sugieren que con pequeños cambios en el estilo de vida se puede conseguir un gran impacto en la salud de la población adulta, especialmente en los países desarrollados, cuya población está envejeciendo rápidamente.

El comportamiento saludable que más llama la atención entre los cuatro analizados es el que se refiere al consumo moderado de alcohol. Sin embargo, el hecho de que este consumo, siempre moderado, no es tan perjudicial ha sido confirmado en otro estudio muy reciente, realizado sobre casi 12.000 personas. En este caso, la conclusión es que las personas que realizan actividades físicas y beben alcohol con moderación tienen un riesgo más bajo de morir por enfermedad cardiovascular y otras causas que las personas que no beben en absoluto.

A pesar de que pueda resultar sorprendente, estar gordo no es lo peor que le puede pasar a una persona cuando tiene más de 60 años y se preocupa por su salud. Incluso los que son obesos viven más que aquellos que no presentan un buen estado de salud cardiovascular por ausencia total de ejercicio físico. La relación entre el estado de salud cardiovascular y diversas medidas de la grasa corporal, como el índice de masa corporal, la medida de la cintura y el porcentaje de grasa, fue el objeto de estudio que se realizó durante 12 años sobre 2.600 adultos de más de 60 años.

Los investigadores hallaron que aquellos que murieron durante este periodo eran más viejos, tenían peor estado de salud cardiovascular y más factores de riesgo cardiovasculares que los sobrevivientes. Sin embargo, no encontraron diferencias significativas entre ellos cuando se trataba de si estaban delgados o gordos.

Es posible reducir las muertes entre los ancianos, incluyendo aquellos que son obesos, recomendándoles una actividad física habitual, como andar rápidamente durante 30 minutos o más todos los días, lo que promoverá un estado de salud cardiovascular aceptable. Además, la actividad física permite a los ancianos disfrutar de mejor calidad de vida.

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